Transmisión automática vs manual, ¿cuál me conviene más?

Elegir el tipo de transmisión con el que funcione un vehículo depende de tus preferencias y necesidades. Por lo general se recomienda que si manejas mucho por la ciudad optes por una transmisión automática, que se considera más fácil de maniobrar que una estándar. Sin embargo, hay muchos otros factores a considerar y a continuación te contaremos los más relevantes.

Transmisión manual

Los vehículos con transmisión manual o estándar controlan sus cambios de marcha con una palanca de cambios que deben accionar manualmente mientras aceleran y desaceleran. Esta se conecta a la transmisión a través de un sistema de varillas. Además de usar la palanca, manejar una transmisión manual implica usar el pedal de embrague que, al activarlo, desactiva el mecanismo de embrague posicionado entre el motor y la transmisión. Cuando se presiona el pedal, se detiene la potencia que va del motor a la transmisión, haciendo posible el cambio de marcha.

Este tipo de transmisión necesita una gran participación del conductor para seleccionar y cambiar a la marcha deseada, sin embargo para manejarla se necesita de más práctica para coordinar el embrague, el acelerador y los cambios; además tiene un menor valor de reventa y no es adecuada para que personas con alguna discapacidad o condiciones de movilidad limitada conduzcan su automóvil.

Transmisión automática

Los automóviles con este tipo de transmisión los cambios se hacen de manera automática utilizando presión de fluido. La parte fundamental para el funcionamiento de este tipo de transmisión es el conjunto de engranajes planetarios que crea las diferentes relaciones de transmisión utilizadas que brinden la presión necesaria para la actuación de bandas y embragues que determinan la marcha del vehículo. El líquido de transmisión ayuda a conducir el vehículo, al tiempo que lo lubrica y enfría. 

Al tren de transmisión donde se encuentran los engranajes planetarios está conectado un convertidor que actúa como embrague, el fluido permite bloquear y desbloquear engranajes para cambiar automáticamente las marchas sin que el conductor tenga que hacer algo.

La principal ventaja de este tipo de transmisión es que el conductor prácticamente no tiene que hacer nada más que poner atención en el camino; es fácil de usar, tiene un mayor valor de reventa, ayuda a tener un menor consumo de gasolina y es una excelente opción para los conductores principiantes. Y si se le da el mantenimiento adecuado, no tiene porqué fallar, y seguirá funcionando tan suave como al inicio. 

Si quieres tener menos estrés al conducir tu vehículo, optar por una transmisión automática podría ser lo mejor; asimismo, si te pones nervioso al conducir, tienes alguna limitación de movimiento o simplemente prefieres la comodidad al estar al volante. 

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