Lo barato sale caro: por qué elegir un mecánico que use refacciones de calidad

¿Alguna vez te ha pasado que llevas tu vehículo al mecánico y al poco tiempo te deja tirado a mitad del camino? Probablemente, lo hayas atribuido a un diagnóstico inadecuado, o de un trabajo incompleto, pero el uso de refacciones para transmisión de baja calidad también influye en la durabilidad de los resultados de una reparación.

Hoy te contaremos las razones para elegir mecánicos que usen refacciones de calidad y cómo asegurarte de que las piezas que utilizaron en tu vehículo son confiables. ¡Comencemos!

Razones para elegir un mecánico que use refacciones de calidad

Cuando nuestro vehículo se descompone, es normal buscar un mecánico que nos cobre barato y que deje el auto en condiciones óptimas. Sin embargo, en esa búsqueda por un precio bajo corremos el riesgo de que se utilicen refacciones de baja calidad.

A continuación te daremos cinco razones para optar por un mecánico con instalaciones bien equipadas, tecnología de punta para el análisis de software y refacciones de buena calidad:

Durabilidad de las refacciones

Las refacciones de buena calidad están diseñadas para resistir el desgaste y las condiciones de funcionamiento de los vehículos. Esto es especialmente importante en los sistemas clave, donde se genera mucho calor y existe el riesgo de fugas de líquidos, como en el sistema de transmisión, donde una fuga de ATF puede provocar sobrecalentamiento.

Al utilizar refacciones de buena calidad, garantizarás que su vida útil será prolongada y que la frecuencia de las reparaciones será mayor. 

Compatibilidad perfecta

Uno de los indicios de que las refacciones son de buena calidad es que son perfectamente compatibles con las piezas de la transmisión, lo que asegura el ajuste adecuado y una instalación precisa. De lo contrario, los componentes podrían quedar flojos y provocar problemas que van desde rozamientos, fugas de líquidos, hasta el sobrecalentamiento y fallas graves.

Garantía

Las refacciones de calidad cuentan con garantía y especifican un periodo estimado de vida útil. Esto brinda tranquilidad en caso de que haya un defecto de fabricación, ya que podrás reemplazarla, o bien, tendrás un tiempo estimado para volver a hacer el cambio.

Por ejemplo, el líquido de transmisión o ATF debe cambiarse cada 30 mil a 60 mil kilómetros y puede ser necesario reemplazar también los filtros al mismo tiempo.

Rendimiento

Las refacciones de calidad se fabrican con los estándares más exigentes del sector, las características de la transmisión e incluso de la marca de vehículo que se trate. Por ello, un reemplazo restaura el rendimiento y potencia de tu automóvil.

De lo contrario, una pieza de baja calidad puede fallar prematuramente y desgastar otras partes de la transmisión, lo que no solo pone en riesgo tu seguridad y la de tus acompañantes, sino que provocará otras averías más costosas de lo que habrías invertido originalmente en una buena refacción. 

Ahorro

Aunque las refacciones de buena calidad son más costosas, y probablemente el mecánico cobre más caro por la reparación, a largo plazo ahorrarás dinero en reparaciones innecesarias, recuperarás la potencia del vehículo, e incluso podría reducir el consumo de combustible al restaurar la eficiencia de la transmisión.

¿Cómo identificar a un mecánico que use refacciones de calidad?

Probablemente, pienses que es difícil elegir a un mecánico que realmente utilice refacciones de buena calidad, pero las siguientes recomendaciones te ayudarán a lograrlo:

• Recomendaciones. Busca opiniones de otros clientes del mecánico para indagar si realmente fue eficiente, cómo actuó en caso de que una refacción estuviera defectuosa y qué tan buena fue la atención al cliente.
• Especialización. La mayoría de los mecánicos pueden hacer reparaciones relativamente sencillas, como un cambio de aceite. Pero si tu vehículo tuvo una falla en uno de los sistemas clave, como la transmisión automática, es importante buscar a un mecánico especializado, con certificaciones y una reputación sólida en su sector.
• Presupuesto. Solicita una cotización sobre la reparación de la falla, revísala a consciencia y compara precios de las refacciones que va a utilizar. Un taller confiable te proporcionará un presupuesto detallado y te explicará claramente las reparaciones y refacciones necesarias.
• Involúcrate en la reparación. Probablemente, tengas poco tiempo para estar en el taller, pero procura revisar las fallas, ver las piezas que van a cambiar y las refacciones nuevas. Solo de este modo te asegurarás de que los componentes son de buena calidad. Un mecánico poco transparente puede estar utilizando piezas de baja calidad.
• Pregunta si puedes conseguir las refacciones. Algunos mecánicos permiten que el cliente compre sus refacciones en otro lado y cobran únicamente por la mano de obra. En este caso, asegúrate de que tu proveedor sea confiable, que las refacciones sean de calidad y compatibles con la marca y modelo de tu vehículo y, finalmente, que te dé garantía en caso de un defecto de fábrica o incompatibilidad.
  

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