Unidad de control electrónico en la dirección electrónica

Hace varias décadas, el funcionamiento de los vehículos era 100% mecánico y dependía en gran medida de la fuerza y pericia de los conductores para movilizar el tamaño y peso de su automóvil. Afortunadamente, los avances mecánicos y tecnológicos han permitido incorporar sistemas que agilizan significativamente los movimientos al conducir, y hacen que los vehículos sean más seguros y eficientes.

Este es el caso de la unidad de control electrónico de la dirección, y hoy en el blog de Veinte 07 te contaremos qué es, cómo es su funcionamiento y los síntomas de falla.

¿Qué es la unidad de control electrónico de la dirección electrónica?

Los sistemas de gestión electrónica del mecanismo de direcciones que no cuentan con asistencia hidráulica, incluyen una dirección de asistencia eléctrica o electrónica, la cual suele abreviarse como EPS (Electric Power Steering), que es una computadora diminuta que genera y regula el movimiento de la cremallera de la dirección.

Funcionamiento

Ante los movimientos de giro del volante del conductor, los sensores de la unidad de control electrónica (UCE) se activan e informan sobre la intensidad de los giros detectados, el ángulo y velocidad del giro del volante. La UCE cuenta con parámetros relativos a los ángulos y velocidad de marcha del automóvil. Con ellos, calcula el par de asistencia necesario en cada momento para accionar el motor.

La asistencia de la dirección se lleva a cabo a través de un engrane adicional llamado piñón de accionamiento, el cual actúa de forma paralela con el engrane principal o piñón de dirección sobre la cremallera.

La fuerza de giro aplicada en el volante por parte del conductor, y el par de servoasistencia causado por el giro del motor eléctrico producen el par de giro de las ruedas a través del movimiento de la cremallera.

Componentes de la unidad de control electrónico

Actualmente, los vehículos pueden contener más de 100 unidades de control electrónico para controlar funciones del motor y la dirección electroasistida, hasta funciones relacionadas con la comodidad -como las ventanas eléctricas-, la seguridad -como las bolsas de aire- y el acceso -como las cerraduras de puerta sin llave-.

Cada unidad de control contiene un chip que ejecuta un software propio o firmware, así como conexiones de alimentación y una serie de sensores de captación e información del sistema de dirección para activar la asistencia correspondiente de la dirección.

Averías en la unidad de control electrónico

Las averías de la UCE dependen del número de componentes que tenga el sistema. En general, se dividen en tres tipos: las que proceden de la unidad de control electrónico, las que se encuentran en los sensores y las que afectan a los actuadores.

Fallas en la UCE

Las averías en la UCE hacen que la puesta en marcha del vehículo sea imposible, y suelen ser causadas por un exceso de tensión en el sistema o la pérdida de información interna que provocan que el software falle. En general, cuando la UCE se encuentra averiada, se debe reemplazar por una nueva, o bien, por una reprogramada y en condiciones óptimas ya que se trata de una pieza costosa.

Fallas en los actuadores

Por su parte, las averías en los actuadores del sistema provocan una pérdida de potencia que, a su vez, reducen el rendimiento del motor. Esta pérdida de potencia puede ser más o menos notable dependiendo del tipo de actuador donde se produjo la avería. Igual que en las fallas de la UCE, los actuadores averiados deben ser reemplazados para recuperar el óptimo funcionamiento del sistema.

Fallas en los sensores

Las averías en los sensores del sistema electrónico provocan fallas y deficiencias en el funcionamiento del motor, que presenta dificultades para su puesta en marcha, o bien, dejar de funcionar por completo.

Ahora bien, existen diferentes sensores, como el de revoluciones por minuto, los que miden la presión del combustible, los que miden el movimiento del volante, entre otros. Por ello, el sensor que falle afectará al componente que monitorea.

En general, las fallas en la UCE requieren un reemplazo de las piezas afectadas para recuperar el funcionamiento óptimo del sistema. La mayoría de las averías pueden prevenirse realizando las revisiones periódicas y el mantenimiento preventivo recomendado en el manual del fabricante.

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